top of page

Publicaciones Recientes

Las Esferas Celestes cantan para nosotros; Los Santos Doce bailan con nosotros; ¡Todo lo que es, únase al baile! Los que no bailan, no saben lo que estamos sabiendo.”

Actos apócrifos de Juan. Himno de Jesús. Traducción de Holst.


Invocación

Señores inasequibles Blancos mensajes Renglones casi imposibles Hoy sois celajes Después dioses previsibles


Desterré la salvación ya para siempre Pues se instaló en prados cómodos En los que yo podría tan sólo vivir


Atónito


Con el corazón cerrado por cese Dejando que los insectos Me llenen la boca Y certifiquen que no soy Sino piedra, o polvo


Vivir así es poco vivir


No, ese no soy yo, pues soy espejo Y mi nombre es líquido En el que no podría bañarme dos veces


Yo ya nunca fui yo Sino colina nemorosa o río bruñido o infranqueable Y calo el sentido humano De una piel cualquiera Humana, animal o cosa


No seré estatua de sal por mirar hacia atrás


Antes huiré lejos Como huye el sol como regueros de sudor O ecos luminiscentes


Como huyen las plegarias De las bocas profanas de los fieles


Abominando del sacrificio inútil De usar voces para domar lo sagrado


Aterido de la ausencia De matar a dios para hacer hueco al rezo


De adueñarse de lo divino, que es aire y es verbo, Sólo para ver cómo se marchita


Cada palabra pronunciada en vano agota de muerte otro segundo, Otro minuto, otra hora más Y aunque llene vientres tan sólo


El vacío crece …


Para conocerlo, no sólo callemos


… bailemos:


Robé tus besos Y por ser tan ladrones Estos labios burlones Se vieron presos …


Más poesía en:



 

“He nacido Si vieras qué agonía”

Vicente Aleixandre. Espadas como labios


Invocación

Letras negras, peregrinas notas errantes Desquiciadas bailarinas sabias amantes misteriosas adivinas


Tengo en la boca un sabor a ceniza Es un registro del pasado escrito En el papiro de éstas mis encías Tal vez los restos de voces de antaño


En mi saliva hay rumores disueltos Revolotean, son pájaros líquidos Quiebran mis muelas, y discurren y entran Y salen de mis interproximales


Trago y recuerdo: El incienso o memoria Ese lustre de familiaridad Alfombra usada, ratón diligente Por fuera hechiza, mas roe por dentro


Su aroma abre camino y autoriza Que el tiempo brote desde el interior Y no hubo piedra que quisiera ser Refugio o espejo de nuestro calvario


Las frías letras aman las parodias Como los mirlos callan su negrura: Vaciando de aire sus huecas entrañas Y mudando su inmediatez en arte


En canción de amor Rocas de silencio Gorjeo de notas


No abren sus bocas las peñas serenas Seres eternos de formidable hambre Impertérritas se alejan, no miran Nada desean o no, ni desdeñan


Son son son son son son son son sólidas Como yo no las miré, no me miran No devuelven ni el desprecio siquiera Tanta es su sabiduría telúrica


Añoro no añorar nada de nada Echo de menos la falta de anhelo Por el orden y la taxonomía Y la brisa bisbisea canciones


Sabidas y conocidas, sabidas Y repetidas, sabidas, sabidas Conocidas, repetidas, sabidas Que prefiero no oír ni interpretar


Sin duda, más que nunca, soy eterno A pesar de que lo prohíbe el tono De las visibles arrugas de mi alma O soledad trazada al infinito


Hoy sin duda más Que nunca jamás, Es hora del Génesis


De nuevo


Más poesía en:


 

“La Poesía pasará como un animal desconocido por la ciudad llena de bruma”

Juan Gelman. Velorio del Solo


Invocación

Sombras y destellos ocultos Luz de la noche Siluetas en calles y muros Cread los nombres También en el rincón oscuro


Adiós a esas caras Adiós para siempre Ya se por fin que soy diferente


Vuestra cara es vuestra Pero ya no es mía Ahora es mueca de una deidad fría


Compartimos nada Ya no hay más nosotros Un rayo súbito mató el somos


Se me desprendieron Rutinas de antaño Las hice mías, pero era en vano


Hoy os las devuelvo Casi sin tocar Asumo que no las haré más


No iré a la oficina En el patín gris Ni usaré traje ni maletín


Tampoco al comercio En el coche verde Con uniforme azul aparente


Ni aún a la fábrica En furgón morado Escrupulosamente encerado


No pondré esa multa De guardia enfadado Que ronda con sirena y con palo


No iré a vuestras casas Ni haré las tareas De bricolaje que las alegran


No tentaré el pelo De esos hijos vuestros Bellos pero, de repente, ajenos


Ni besaré, dulce, Tu mejilla suave Porque no sé cómo llamarte


No estoy preocupado Por esa calva híbrida Ya no es para mí para quien brilla


Repentinamente Me quedé vacío Incapaz de absorber tanto olvido


De mí.


¿De mí? Soy dos espejos que os reflejan O una ventana para ojos curiosos O testigo fugaz de vuestro paso


Pero no vosotros


Adieu


Más poesía en:



 

bottom of page