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Updated: Apr 3, 2021

"The words of the poets are written on the subway walls."

Paul Simon. The sounds of silence


Invocación

Sombras y destellos, habladme Vida, te escucho Siluetas en muros y calles Cread el mundo Contadme de sus habitantes


Se conoce Hiperbia por las cosas*


*(rejas bruñidas de sol compensadas Con Andrajos pulidos que hermosean Hacia ventana que a su vez despeja Hacia claro y luna y límpida vereda)


Que se considera que allí ocurren**


**(Pues acontece que en Hiperbia Todo ruido y visión son sentidos Como si fueran de la familia)


Y de todas ellas Nos llegan rumores Y los más notables en aparente orden


son: 1.)


1.) En Hiperbia los tristes ratones De pelo semihúmedo Muestran lo que son Brillantes anfibios Voladores regios Seres importantes Cuya inclinación Les permite ser


Aguas de viento Surcos de mar Rachas de arcilla Mares de sal


Y cualesquiera otros ***


*** (Otros que a su vez son Espejismos, Y acorde a su ser especular, nos muestran lo que somos nosotros los otros-otros:


Escamas o púas o piel, Lo que se nos vaya ofreciendo, Según la actual disposición de nuestros humores pétreos Y el efecto de la intemperie amorosa sobre ellos-ellos X.)


X.) En Hiperbia podemos ser todos anfibios voladores incluso aunque no queramos en principio Por una rabia oculta o un penacho intenso de fe concupiscente: aaa.)


aaa.) En Hiperbia hay un mercado constante Y puedes canjear una canción que te surgió Por una cara hermosa que te nace Sólo por ser valiente como un niño Que canta solo Y más tarde cuando una cara hermosa no sea suficiente o necesaria Puedes cederla a otro anfibio y así obtener a cambio Unos pies leves que te vienen bien O si prefieres, El corazón que tanto echaste de menos ª.)


ª.) En Hiperbia la realidad es una máscara inerte Que verdea en los márgenes de caminos Hace tiempo transitados Duros Seguros. Un resto nada más. Porque, claro, 2.)


2.) En Hiperbia la verdad es residual.


Y lo muestra el hecho de que 1.):


1.) En Hiperbia el terciopelo rojo Sirve para vestir auroras Cuando más necesarias son: Cuando un anfibio enamorado Demanda calor silbando O un Solitario reclama belleza Para mutar en manada o en bandada O en banco


Corolario: En Hiperbia el terciopelo rojo Se utiliza sin desperdiciarlo. 1.)


1.) Se ha filtrado por las grietas Que es Hiperbia la mirada Del joven amante tímido. Si te la encuentras de frente Se esfumará para siempre Y no podrás olvidarla. Estarás eternamente Condenad@ a perseguirla


Como el loco persigue sonidos perfectos O el poeta anda ido detrás de reflejos


O peor aun 1.)


1.) Estarás condenado para siempre A dudar que alguna vez existiera. Y será todo subitamente obvio Una tormenta de necesidades Perentorias que te harán olvidar


que, 2.)


2.) En Hiperbia la verdad es residual.


Por eso, Hiperbia.


 

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“Be an old tree that puts forth flowers” I Ching


Invocación

Sombras y destellos, habladme Vida, te escucho Siluetas en muros y calles Cread el mundo Mostrad el sentido del viaje


Solos Sin sombras Cada mañana una hermosa aurora de terciopelo Contenida


Eso es Hiperbia


Nudos Sin hierros Cada gesto una caricia palabra u horizonte Seductores


Muestran Hiperbia


Pares Sin tiempo Solo espacio infinito presto para recorrerlo Eso, amig@


Acota Hiperbia


Lúcidos Ignotos Un mapa nuevo cada día una intuición de que hoy Tal vez hoy …


… Undosa Hiperbia …


¡Tal vez hoy Llegaremos tal vez a sus tal vez costas!


Eso, dulce amig@, es Hiperbia Siempre disponible Incierta siempre



El futuro brillaba en tu pupila Y su promesa desdibujó el mundo Por un momento detuve la búsqueda Eso, nombre, también conduce a Hiperbia



Simples Carentes Hiperbia se multiplica en nuestro pozo interior Achicándolo


Con cada búsqueda


Sabios Pudientes Con cada certeza Hiperbia se esfuma y deja un hueco


(Que absorbe y aniquila los minutos masacrados Los que empleamos en conocerlo todo de todo)


Y generan


nada de nada

Limpios De culpa Libérrimos porque Hiperbia nos rescata sin pago Sin espacio


Por eso, Hiperbia


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Updated: Feb 22, 2021



Teatro de la Abadía. Madrid.

Noviembre 2020.

 

Pablo Rosal propone, a través de un texto interesante y por momentos brillante, un ejercicio hábil de reflexión teatral sobre el mero hecho de conversar. Como mínimo es un texto arriesgado, y eso para mí es ya una virtud.


El conflicto se presenta claro desde el principio: ¿cómo de fácil o difícil es hablar? Como decía, la puesta en cuestión de lo cotidiano es ya en sí una apuesta valiente y necesaria.


Malena Alterio y Luis Bermejo son dos grandes intérpretes. Sin duda hay en su cuerpo oficio con el cual expresar. La interpretación es intensa, y en algunos momentos creíble. Sin embargo, en otros momentos desgraciadamente apresurada, no con la prisa del personaje que quiere hacer conversación y no sabe cómo. Y gracias a ese no-saber crea una conducta que genera un personaje. En este caso era más la prisa del actor y la actriz que quieren resolver un diálogo difícil y no saben cómo. Parecen la misma cosa, pero no lo son. La primera abre el camino de la creación. La segunda abre el camino del recurso conocido y conservador.


La escenografía de Almudena Bautista nos propone creer que es posible hacer una obra con la única ayuda de una mesa y dos sillas. Pero eso sólo es posible si los intérpretes pueden convertir esas dos sillas y esa mesa en cualquier otra cosa que ayude a conseguir su objetivo. ¿Dónde estaba ese trabajo? ¿Dónde estaba el objetivo? A veces oculto en el escondite más conocido en el teatro español: tras una cortina de palabras.


El hecho de que Luis Bermejo encontrara su punto culminante en la imitación de una persona rústica reaccionando ante una inundación me hace temer que faltaba algo de riesgo, imaginación y tal vez, y esto está en la casilla de la dirección, ideas claras sobre qué quiero contar.


La tragicomedia de la comunicación no se puede resolver en un repertorio gestual ocultado por la rapidez con la que se suceden las líneas del texto. Quiero más. Y eso se lo tengo que agradecer. Salgo con ganas de más. Lamentablemente, no lo tuve en esa función, a pesar de que el elenco era obviamente profesional, en la dirección se notaban ganas de hacer teatro y el texto invitaba a imaginar.


El público, como tantas veces, apareció dispuesto a levantarse para aplaudir hasta reventar. No hay escala. Cada obra a la que voy provoca una reacción de 12 sobre un máximo de 10. Como es prácticamente imposible – por mera estadística y porque el arte es así - que ninguno de los asistentes hayan visto nunca una obra mejor, me surje, dolorosamente, la misma reflexión de siempre: ¿por qué aplauden y se levantan? Si la única forma de reconocimiento del público hacia los que presentan una obra es ese aplauso final ... ¿Por qué ese aplauso no recoge lo visto y oido y sentido de forma proporcional? De nuevo ¿por qué aplauden? Supongo que ya que has pagado ... Pero yo no me conformo. Se puede aplaudir sentado. Y se puede aplaudir muchísimo, mucho, a medio gas, o poco. Y se puede hacer salir al elenco a saludar después de la función dos veces o una o ninguna. Y eso es fundamental, porque hará que la exigencia vaya entrando poco a poco en un teatro español autocomplaciente y conservador.


Volvería a ver esta obra y la recomendaría. Lo haría por los destellos de genio que a veces asomaban en los intérpretes y sobre todo por volver a escuchar algunas partes del texto.





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